El guerrero medieval era un hombre acostumbrado a la guerra y por eso solía estar siempre listo para combatir. Uno de los complementos que no podía faltarle era el brazalete, que podía estar elaborado en cuero, metal, cota de malla o cualquier material resistente que protegiera su brazo, parte tan importante de su cuerpo para empuñar su espada y su escudo.
El brazalete era grande y cubría desde la muñeca de la mano hasta el codo. Por eso eran prendas protectoras en la Edad Media.
Los guerreros medievales recorrieron toda Europa en los numerosos conflictos bélicos de la época, sirviendo a un señor feudal o a un rey. A cambio, obtenían tierras u otras riquezas o títulos.
Los brazaletes medievales que os mostramos se realizan de manera artesanal por un experto trabajador del cuero. Para ello utiliza los mejores cueros de animales, tales como vaca, oveja, conejo, etc.
El cuero viene reforzado para dar más resistencia al brazalete y con unos diseños increíblemente bellos y con una calidad notable.