Los vikingos eran destacados comerciantes, hábiles exploradores, valientes guerreros y fieros piratas. En el año 793 se dieron a conocer cuando atacaron el Monasterio de Lindisfarne, en Inglaterra. Originariamente los vikingos vivían en Escandinavia, zona geográfica que incluye los actuales países de Noruega, Suecia y Finlandia.
En la sociedad vikinga tenía mucha importancia el uso de ornamentos y de joyas, signo de distinción dentro de la comunidad y de la posición de quien los llevaba: los broches, las fíbulas y alfileres para vestidos eran los frisos usados más comúnmente, pero también se usaban pendientes, joyería y collares, en plata y en bronce.
Los brazaletes y los anillos estaban reservados para los jefes de la tribu que a menudo los regalaban como premio para los guerreros más valerosos. La artesanía orfebre vikinga era reconocida sobre todo por las joyas realizadas en filigrana de oro en las cuales a veces se insertaban monedas extranjeras, árabes y anglosajonas, llegadas hasta ellos gracias a los intercambios comerciales.
Las joyas producidas podían ser piezas únicas destinadas para los jefes de la tribu y a los guerreros, pero también piezas producidas en series y destinadas a un uso más común.
Elemento principal del arte vikingo son las figuras zoomorfas entrelazadas, que crean complejos bajorrelieves y grabados usados en muchos productos, como escudos, timoneles para naves, piedras conmemorativas y muchos otros, utilizados para realzar al máximo la técnica y la capacidad decorativa de los artesanos de la época.