La crespina medieval fue un recurso de la indumentaria femenina para suavizar la prohibición moral de que la mujer llevase sus cabellos al descubierto. Apareció en Europa a finales del siglo XIII y su uso se popularizó entre las mujeres cortesanas hasta el punto de llevarse luego la crespina también entre las mujeres campesinas con sus trenzas largas a lo largo del rostro.
La mujer campesina medieval era la encargada de todas las tareas domésticas y la educación de los hijos, también se encargaba del ganado, el huerto y de la tierra de cultivo. Cuando su condición era soltera o viuda, a menudo, abandonaba el hogar para realizar trabajos de jornalera o doméstica.
En la Edad Media el trabajo manual de artesanos y campesinos, era el responsable de un lento, pero constante progreso en las herramientas y procesos productivos.
Era una sociedad muy estratificada y las capas bajas de la sociedad, en su mayoría campesinas, se advierte una ausencia generalizada de instrucción, tanto para los hombres como para las mujeres; éstas participan así de las conversaciones y de la vida social en posición de igualdad con sus maridos o hermanos. En un tipo de sociedad en el cual reina el analfabetismo, la transmisión oral de la cultura se realiza tanto a través de la madre o del padre a los hijos, como entre vecinos o vecinas, etc.
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