El delantal o mandil es una prenda de vestir de varias formas que se ata a la cintura con cintas y se pone sobre la parte delantera de la ropa para protegerla de manchas o rozaduras; cubre desde la cintura hasta las rodillas y en ocasiones también la parte superior del tronco.
En el siglo XIII los hombres (artesanos y cocineros) usaban delantales hechos de piel de cordero, aunque no fue hasta un siglo después que lo empezaron a vestir las mujeres. Más tarde, durante la Revolución Industrial, los delantales se adoptaron como vestuario en las fábricas.
Desde siempre han sido múltiples los oficios que han usado el delantal como uniforme de trabajo: camareros, baristas, cocineros, enfermeros, trabajadores domésticos, peluqueros, zapateros, floristas, etcétera. La razón de ser del delantal es doble: por higiene y seguridad y para proteger del desgaste y las manchas a la ropa que se lleva debajo.
Hasta no hace mucho tiempo era una prenda exclusivamente femenina, pues culturalmente era la mujer la que se dedicaba a las labores domésticas y de la cocina. Hoy en día el delantal es usado tanto por mujeres como por hombres para realizar tareas domésticas. Lo mismo que para trabajos profesionales realizados tanto por ellos como por ellas.
