El casco medieval era una de las principales protecciones del guerrero medieval, puesto que protegía su cabeza contra las agresiones del enemigo, que se infligían generalmente con la espada. Existían muchos tipos de cascos medievales como el yelmo, el capacete, la capelina, la celada, la barbuta, el bacinete, el casco templario, el almete, el morrión, la borgoñota, etc.
Todos los modelos de cascos medievales eran bastante pesados, pero muy resistentes para cumplir su objetivo protector. Algunos tenían visera para proteger la cara, otros protegían más el cuello y otros la nariz o las orejas.
Había cascos más vistosos y decorativos que se usaban para galas o luchas representativas organizadas para festividades y competiciones entre los nobles.
Los que resultan más reconocibles son los cascos de los caballeros templarios con sus famosas cruces frontales.
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