El arma medieval por excelencia era la espada. Aunque los guerreros medievales usaban más armas y, además, se protegían durante el combate con su gruesa armadura, escudos y cascos metálicos, para hacer frente a los cortes y golpes violentos de las espadas, ya que la única forma de acabar con el adversario era punzándolo en las juntas de las láminas de la armadura. Los soldados de infantería y los guerreros sin caballos usaban armas como lanzas, picas, alabardas, dagas, ballestas, arcabuces, mosquetes, rodelas, hachas, mazas o martillos.
La espada fue empleada como arma ofensiva y defensiva por guerreros nobles, por campesinos y plebeyos, su uso era generalizado y muchas sociedades medievales la veían como una representación de la fuerza militar y la resistencia.
La pólvora supuso una revolución militar a partir del siglo XV, llegando a dominar el campo de batalla, por lo que cada Reino, Estado o Principado invirtieron recursos para aumentar sus reservas, convirtiéndose en las principales potencias de Europa y Asia en los siglos XV y XVI.
Las armas de fuego, arcabuces y piezas de artillería más grandes como los cañones, podían llegar a las fortificaciones, cambiando la táctica de la guerra medieval a principios de la era moderna, con el invento por los chinos de la pólvora, que condujo al desarrollo de varias armas nuevas con las que se libraba el combate.
ARCOS: “No hubo ninguna situación militar en la que el arco no definiera la victoria”.
LANZAS. La “lucha de choque montada”, clavando las lanzas al adversario y usando la velocidad a lomo de los caballos fue una gran y eficaz táctica militar. La lanza también fue utilizada en las justas y competencias.
CATAPULTAS: El asalto a los castillos y a otras fortificaciones fue formidable con este arma de asedio, que obligó a los líderes militares a modificar sus fortificaciones para hacerlas más resistentes a este tipo de ataque.
BALLESTAS: No eran armas tan rápidas de usar como el arco, pero era considerablemente más potente y letal que el arco, letal, pues sus flechas podían atravesar la cota de malla o la armadura.
ALABARDAS: Se diferencia de la lanza por su cuchilla transversal con forma de hoja de hacha por un lado, y otro peto de punza más pequeño por su opuesto. En la actualidad, los Reales Guardias Alabarderos Españoles o la Guardia Suiza Pontificia usan esta arma no solo como arma ceremonial, sino que también son entrenados para emplearla como arma de combate.
HACHAS: Armas arrojadizas muy empleadas por los guerreros vikingos.
DAGAS. Es una versión más pequeña de la espada, requería menos entrenamiento, pero era una gran auxiliar de la espada, como arma alternativa.
MAZAS. Armas contundentes y defensivas que gozan del favor de la aristocracia como símbolo de poder y de jerarquía.