Los caballeros templarios en la Edad Media portaban estandartes con sus características cruces de la Orden del Temple. Cuando, movidos por su fe, iban a la guerra para recuperar y resguardar las tierras cristianas, llevaban sus estandartes que los caracterizaban como los más valientes y disciplinados combatientes de Cristo, los más devotos y castos monjes al servicio de la Iglesia.
El estandarte de los templarios era como un pendón cuadrilongo dividido de arriba a abajo en dos colores blanco y negro, al que dieron varios nombres. Los más comunes fueron los de balza, baucan, beuceant o bien parecida.
El color blanco simbolizaba la caridad y la pureza que observaban, el negro la fiereza y la bravura con la que combatían contra los infieles y enemigos de la cruz. En medio de su estandarte había una cruz como la que llevaban en sus capas, indicando su fe en Cristo.
Con el tiempo fueron surgiendo nuevos modelos de estandartes templarios, siguiendo la línea original.