El pantalón medieval, también llamado pantalón bombacho o calzas abombadas, es ancho y suelto, se ajusta a la pierna por debajo de la rodilla. Tuvo especial desarrollo como parte de la indumentaria militar desde el siglo XVI al siglo XX.
También se popularizó por ser una prenda cómoda por su holgura y gran libertad de movimientos en comparación con otros tipos de pantalones. El pantalón nace de la necesidad de dar calor y protegerse, ofreciendo así más comodidad y libertad de movimiento.
De los primeros que usaron lo más parecido a un pantalón y que se tienen noticias figuran los bárbaros del norte, sobre todo los pueblos germánicos. Los griegos no los llevaban y los romanos los adaptaron de los pueblos bárbaros.
En la época medieval lo más parecido a los pantalones modernos eran unos calzones que llegaban a las rodillas o tobillos según el caso y que estaban confeccionados con lana u otros tejidos.
En Italia y Francia, sobre todo en las clases altas, empiezan a florecer nuevos “modelos” con telas más suntuosas y más elegantes, aparece ya un cierto aire de “estilo medieval”.
Y así a través del tiempo y con los oportunos cambios que exigen las modas, hemos llegado al pantalón tal y como se conocen en épocas más actuales y que tiene multitud de variantes.
Como véis los pantalones de época, como éste vikingo, se han desarrollado de manera progresiva.
Tanto, que en la actualidad, se usan y están de moda diseños muy parecidos a los que se usaban en la Edad Media.