Las katanas decorativas son piezas de gran calidad, conservando siempre la particularidad de ser un tipo de sable de filo único, curvado, tradicionalmente utilizado por los Samuráis. Su tamaño más frecuente ronda el metro de longitud y el kilo de peso.
El tipo de katana más difundido en la actualidad es el conocido como “Oda Nobunaga”, en alusión al daimyō creador de dicho modelo, de hoja curva y alrededor de un metro de longitud total. El origen de la katana japonesa se remonta a los siglos X-XII. La katana decorativa se diferencia de la funcional, en que no suele llevar afilado para el corte o la estocada.
Algunas katanas decorativas se pueden afilar, pero realmente su fabricación no está concebida para las prácticas sino para la decoración, de modo que si se usan para lo que no están concebidas o fabricadas, es fácil que se estropeen.
Si queremos una katana decorativa, debemos adquirir una katana decorativa, y si queremos una katana funcional, debemos adquirir una katana que nos sirva para practicar con destreza y conocimiento los rituales, las técnicas y las tácticas de las artes marciales tradicionales modernas, como el Aikido, el Iaido, el Karate Do, el Kendo, el Ninjutsu, e inclusive el Judo. Y este tipo de katanas funcionales es mejor tenerlas bien guardadas. Lo mismo vale para las espadas y los sables que también pueden ser decorativos y funcionales.
La katana era utilizada principalmente para cortar y debido a su capacidad de producir heridas muy severas, era considerada una especie de “guillotina de mano”. Se la desenvaina con un movimiento axial de rotación, llevando el filo hacia arriba y se la puede blandir con una o dos manos (siendo esta última modalidad la tradicional).