Se podría decir que un hombre que naciera en Esparta debía ser soldado espartano y ser soldado espartano sería lo que hoy conocemos como los soldados profesionales de élite. Los guerreros espartanos eran maestros en el combate cuerpo a cuerpo, ya fuera con armas o sin ellas.
Aspectos militares que hoy en día conocemos como el campo de entrenamiento de los reclutas, el ataque frontal y las estrategias de inteligencia para el combate son conceptos de origen espartano. Los niños espartanos, desde que tenían 7 años de edad, se les sometía a un férreo entrenamiento militar, a un estricto orden, disciplina y obediencia.
Se les enseñaba a luchar así fuera una batalla perdida de antemano para defender su virtud y su país.
Tenían un estricto sentido de la moral y una estoica manera de vivir, sin lujos ni ostentaciones materiales. Muchos libros y películas nos hablan de los enfrentamientos militares más destacados de los espartanos, como las dos guerras del Peloponeso, la invasión de Persia, las luchas internas con los ilotas y con el resto de las ciudades-estado griegas, así como la derrota definitiva de Esparta en Leuctra y de personajes de la época desde Pericles a Alcibíades.
Entre su armamento destacaban el casco espartano de bronce y estilo Corintio para proteger una gran parte de la cabeza. Algunos traían una cresta arriba.
El escudo u hoplón de tablas de madera, cóncavo y redondo, estaba recubierto de una fina capa de bronce para adornarlo y para fortalecerlo; su tamaño cubría al guerrero que lo portaba como a una parte de su compañero, en una fila cerrada.
Cuentan que tenían un lema: «Puedes abandonar tu casco, que solo te protege a tí, pero jamás puedes abandonar tu escudo, que protege a tu compañero».
Las grebas de bronce cubrían la pierna por debajo de la rodilla donde normalmente no llegaba el escudo. También portaban una coraza hecha de varias capas de lino endurecido y encolado, reforzado con placas de bronce bastante resistente a los golpes. En la zona del bajo vientre tenía tiras del mismo material superpuestas, para facilitar el movimiento.
La lanza de tres metros de largo, con punta de hierro y contrapeso, era la principal arma usada en filas compactas, permitía que el enemigo tuviese que atravesar tres filas de puntas de lanza antes de entablar contacto con la primera línea de falangistas.
Lo que los convertía en un muro casi impenetrable en un ataque frontal.
La espada espartana de unos 50 cm de hoja, era un arma secundaria de emergencia, solo se usaba si la lanza se había roto.