Contrariamente al mito, la armadura no dejó de utilizarse debido la invención de la pólvora, ya que una armadura de placas podría detener a una larga distancia un disparo y una corta distancia podría disminuir la lesión. La razón por la que dejaron de usarse, era el coste de equipar un ejército con ellas.
Alrededor del año 1600 solo los reyes y los caballeros de la nobleza podía permitirse el uso de la armadura, ya no tanto para la guerra sino para actos solemnes o para combates de tipo lúdico. El peto y el espaldar eran de uso frecuente entre los reyes medievales cuando el protocolo lo exigía.
Sabemos que la Edad Media fue una época muy estratificada y el vestuario era, tal vez, uno de los signos más distintivos a nivel visual. La vestimenta de los reyes y las reinas medievales se elaboraba sólo con las mejores telas y los colores más brillantes.
La corona real era el símbolo de la autoridad y soberanía del monarca medieval. Y lo sigue siendo en la actualidad.