La presencia de pipas en algunos yacimientos en el período del Al-Ándalus es importante y nos muestra un comercio extensivo en el mundo islámico, especialmente en el siglo XIII, lo que indica que el hábito de fumar en pipa era algo habitual, como así lo muestra el creciente número de ejemplares conservados.
En las pipas para fumar hispanomusulmanas existe una gran variedad, desde formas simples de cazoleta esférica a pipas con una decoración exterior más compleja. Pero en general, siguen un modelo muy similar todas ellas, cambian las formas, cambian el tamaño o la decoración, pero mantienen una misma estructura.
A nivel general se pueden dividir en dos partes que la componen: un hornillo o cazoleta, que es la parte donde se quemaba la sustancia a fumar; y una embocadura, un conducto que servía de tiro y donde encajaba la boquilla que era bastante delgada para facilitar la aspiración a través de ella. Estas boquillas estarían hechas en un material orgánico, posiblemente madera o caña.