El sable es una espada curva y de un solo filo. Esta curvatura de la hoja es la que lo diferencia de la espada. Proporciona mayor velocidad en combate, al cortar y no dejar incrustada la hoja del arma en el cuerpo del adversario.
El sable es usado como elemento de gala en los uniformes de los militares del Ejército, tanto de tierra como de aire y de mar.
La curvatura, que está ubicada generalmente desde la punta hasta la mitad del sable, genera un tajo profundo y pretende conseguir que un hombre a caballo, al descargar el brazo con esta arma, forme un amplio círculo sobre el infante logrando que en el punto de corte el sable siempre sea tangencial.
Por esta razón no se ensarta, sino que corta, con lo que aumenta la herida sin clavar el arma. Debido a ello los sables pensados para caballería tienen una gran curvatura, son casi circulares; los pensados para infantería poseen una curvatura menor, pues debe concederse importancia a la función defensiva: mantener alejado al enemigo y parar sus golpes.
En la actualidad el sable es, junto con la espada ropera y el florete, una de las tres armas de esgrima. Tiene un protector en forma de taza. La longitud del sable es de 90 cm y su peso máximo es de 500 grs. Los tocados o puntos se pueden conseguir embistiendo con la punta o produciendo un corte con el filo de la hoja. El blanco válido es todo el cuerpo de cintura para arriba, incluyendo cabeza y brazos. Los asaltos de sable son los más rápidos y ágiles en esgrima, por lo que requieren una buena forma física.
El sable también es usado en la danza marcial del vientre tradicional de Egipto «El Ard», que es realizada por hombres que llevan los sables en forma vertical, listos para pelear, mientras bailan. Raks al Sayf implica balancear el objeto sobre la cabeza, cadera, estómago, hombros, etc.