Cuando escuchamos «espada japonesa», lo más probable es que nuestra mente dibuje la silueta inconfundible de una katana. Y aunque este término se ha vuelto casi sinónimo de las espadas del Sol Naciente, el mundo de las nihontō —el nombre técnico y tradicional para cualquier espada japonesa— es mucho más vasto y apasionante de lo que imaginas. ¡Prepárate para un viaje fascinante a través de la historia, la técnica y el alma de estas legendarias obras de arte!
El nombre de las espadas japonesas es muy variado, dependiendo de su longitud y funcionalidad. Entre las más importantes tenemos las Katanas, Naginatas, Nodachis, Sais, Shirasayas, Tachis, Tantos, Wakizashis, Iaitos, Bokken, Nagamakis, y muchas otras armas que formaron el arsenal de los guerreros del Japón feudal.
Evidentemente, el arma japonesa más conocida es la katana, un arma poderosa y auténtica obra de arte que representa una cultura, unas tradiciones y unos valores milenarios ricos en espiritualidad, humanidad y marcialidad. Las armas japonesas también representan un símbolo sacro del poder y de la valentía, trascendiendo su función meramente bélica para convertirse en íconos culturales.
Tabla de contenidos
- Un Viaje en el Tiempo: La Evolución Histórica de las Espadas Japonesas
- Los Inicios: Periodo Kofun (250-538) y Asuka (538-710)
- Hacia la Curva: Periodo Nara (710-794) y Heian (794-1185)
- El Apogeo: Periodo Kamakura (1185-1333)
- Refinamiento y Desafíos: Periodos Muromachi (1336-1573) y Azuchi-Momoyama (1573-1603)
- Símbolo de Estatus: Periodo Edo (1603-1867)
- Modernidad y Preservación: Periodos Meiji (1868-1912) hasta Reiwa (Desde 2019)
- Un Arsenal de Formas: Los Diferentes Tipos de Espadas Japonesas
- Otras Armas Japonesas Tradicionales
- El Toque Maestro: El Arte y la Ciencia de la Forja
- Cuidando el Alma de Acero: Mantenimiento y Peculiaridades
- Más Allá del Acero: El Legado Cultural Inmutable
Un Viaje en el Tiempo: La Evolución Histórica de las Espadas Japonesas
La historia de las espadas japonesas es un reflejo de la propia historia de Japón, marcada por la guerra, la paz y una búsqueda constante de la perfección artesanal. Cada periodo dejó su huella en el diseño, la forja y el propósito de estas armas legendarias.
Los Inicios: Periodo Kofun (250-538) y Asuka (538-710)
Las primeras espadas en Japón no eran nativas, sino que llegaron importadas de China y Asia Central. En el Periodo Kofun, estas espadas rectas, a menudo de bronce y luego de hierro, se usaban principalmente en ceremonias religiosas y funerarias, formando parte del ajuar de nobles en sus dólmenes. Eran más símbolos de estatus y poder que herramientas de combate. A partir del Periodo Asuka, la fabricación local comenzó a tomar forma, dando origen a las espadas cortas y estrechas conocidas como chokutō, marcando el inicio de una tradición metalúrgica propia.
Hacia la Curva: Periodo Nara (710-794) y Heian (794-1185)
En el Periodo Nara, las espadas locales crecieron en longitud y anchura, siendo ya herramientas para la guerra. La influencia del budismo también se hizo patente, introduciendo espadas rectas de doble filo con adornos que, aunque menos ergonómicas, tenían un gran valor simbólico para las clases altas. Sin embargo, el cambio más significativo ocurrió a mediados del Periodo Heian. La espada se volvió cada vez más crucial en el campo de batalla, y la estabilidad imperial permitió a los maestros herreros refinar sus técnicas. Fue entonces cuando la espada recta de doble filo dio paso gradualmente a la característica espada curva de un solo filo, forjada en acero. Las espadas populares de esta época incluyen la tachi, una espada larga y pesada ideal para samuráis a caballo, y la uchigatana, más corta y adecuada para el combate a pie. La leyenda incluso atribuye al espadero Amakuni la invención de la katana, a partir de la división de la antigua ken.
El Apogeo: Periodo Kamakura (1185-1333)
Este periodo es fundamental, pues es cuando la katana propiamente dicha y el wakizashi ganan una inmensa popularidad, convirtiéndose en estilos de espada predominantes. El combate a pie adquirió mayor relevancia, y el arte de la fabricación de espadas floreció, alcanzando su culmen entre los siglos XII y XIII. Incluso el Emperador Gotoba impulsó la forja de espadas, reuniendo a los mejores herreros de las provincias. Nombres legendarios como Masamune, Yoshimitsu y Yoshihiro surgieron en esta «gran época de los herreros japoneses», cuyas obras son hoy tesoros nacionales. El Tanto también se popularizó durante este tiempo, consolidándose como una daga esencial en el arsenal samurái.
Refinamiento y Desafíos: Periodos Muromachi (1336-1573) y Azuchi-Momoyama (1573-1603)
Katana y wakizashi siguieron siendo los estilos dominantes, con mejoras continuas en las técnicas de forjado y pulido. Sin embargo, el Muromachi vio la aparición de la uchi-gatana y la shinogi-zukuri wakizashi. Las constantes guerras civiles, como las invasiones mongolas o el periodo Sengoku Jidai, llevaron a un deterioro en la calidad, priorizando la cantidad sobre la excelencia y, a veces, utilizando materiales inferiores. La tradición espadera se dispersó, llevando a la producción de más espadas cortas y dagas auxiliares como el kodachi y el tanto. A pesar de los desafíos, la demanda de armas mantuvo a los herreros ocupados, aunque la perfección artística a menudo se sacrificaba por la necesidad pragmática.
Símbolo de Estatus: Periodo Edo (1603-1867)
Con la llegada del Shogunado Tokugawa, Japón experimentó un periodo de relativa paz. Las espadas, especialmente la katana y el wakizashi, perfeccionaron sus técnicas de forjado y pulido, pero su papel pasó de ser puramente bélico a uno más ceremonial. Fue en esta era cuando el famoso daishō —el icónico par de katana y wakizashi que los samuráis llevaban juntos— se volvió un símbolo de estatus, un distintivo de su clase y honor. Las hojas de este periodo, conocidas como «Shinshinto» (espadas novísimas), a menudo buscaban un brillo extravagante, evidenciando su nuevo destino como parte de uniformes de gala y objetos de colección, más que como armas de uso diario en el campo de batalla.
Modernidad y Preservación: Periodos Meiji (1868-1912) hasta Reiwa (Desde 2019)
La Restauración Meiji marcó el fin de la era samurái y la modernización de Japón, lo que llevó a un declive en el uso práctico de las espadas. En 1876, un Edicto Imperial (Hito-rei) prohibió el uso de espadas a los guerreros, un golpe devastador para la industria. Sin embargo, para asegurar la supervivencia del arte, el Emperador nombró a maestros espaderos como «Artesanos Imperiales», reconociendo el valor cultural intrínseco de estas piezas. Aunque su uso en combate disminuyó, las espadas siguieron fabricándose por razones culturales e históricas durante los periodos Taishō y Shōwa. Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo una gran producción de espadas Gunto (espadas del ejército japonés), aunque a menudo fabricadas industrialmente (showato) y con menor calidad artística que las tradicionales, priorizando la cantidad para el conflicto bélico.
Tras la guerra, las fuerzas aliadas inicialmente prohibieron y destruyeron gran parte del arsenal japonés. Sin embargo, la importancia cultural de la espada llevó a una paulatina recuperación. Una ley de 1953 permitió reanudar la fabricación bajo estrictas reglas: solo espaderos acreditados con un mínimo de cinco años de aprendizaje, con límites de producción y obligación de registro. En 1960, se fundó la Sociedad Japonesa para la Preservación del Arte de la Espada (NBTHK) para salvaguardar la tradición, operando hornos para tamahagane, gestionando museos y organizando competiciones para maestros. Hoy en día, en los periodos Heisei y Reiwa, las espadas japonesas continúan fabricándose como un arte tradicional. No son armas de guerra, sino objetos de colección, piezas de arte y herramientas para la práctica de artes marciales. La espada sigue siendo un símbolo profundo para los japoneses, y sus mejores ejemplares son considerados tesoros nacionales, admirados globalmente por su belleza artística, su valor histórico y las propiedades que las hicieron tan temibles y efectivas en el campo de batalla.
Un Arsenal de Formas: Los Diferentes Tipos de Espadas Japonesas
Más allá de la omnipresente katana, el mundo de las espadas japonesas es rico en variedad y propósito. Cada tipo fue diseñado con una función específica en mente, adaptándose a diferentes estilos de combate y necesidades sociales.
Chokutō (直刀)
Las Chokutō son las espadas más antiguas, rectas y de un solo filo, inspiradas en modelos chinos y coreanos, que datan de antes del siglo X. Eran las precursoras de las espadas curvas que definirían la tradición japonesa. Ya no se fabrican, pero su importancia histórica es innegable como el punto de partida de la metalurgia de espadas en Japón.
Tachi (太刀)
Considerada la primera espada japonesa forjada con curvatura, la Tachi es más larga y delgada que la katana, con la máxima curvatura en el primer tercio de la hoja. Estaba pensada principalmente para samuráis a caballo y se llevaba con el filo hacia abajo (ha-o-shita), lo que facilitaba su desenvainado desde la montura. Su elegancia y longitud la convertían en un arma imponente en el campo de batalla.
Katana (刀)
La Katana es, sin duda, la espada más icónica y reconocida a nivel mundial, un verdadero símbolo del samurái. Posee una hoja curva de un solo filo y una longitud aproximada de 60 cm (aunque puede variar). Su característica principal es su filo inigualable, logrado mediante un templado de arcilla diferencial y un meticuloso pulido manual. Los samuráis la llevaban en el obi (cinturón) con el filo hacia arriba (ha-o-ue) para un desenvainado rápido y efectivo, permitiendo un corte instantáneo al extraerla. Es un arma de gran poder y una auténtica obra de arte que representa una cultura, unas tradiciones y unos valores milenarios ricos en espiritualidad, humanidad y marcialidad.
Wakizashi (脇差)
Una espada similar a la katana, pero más corta, con hojas que varían entre 30 y 60 cm. Su menor tamaño la hacía ideal para combates en espacios cerrados, como interiores de casas o bosques densos. Junto a la katana, formaba el daishō, el par de espadas tradicional del samurái, simbolizando su honor y estatus. Además, podía ser portada por comerciantes y era el arma utilizada para el seppuku, el suicidio ritual para preservar el honor, lo que subraya su profunda conexión con la cultura samurái.
Tantō (短刀)
Un puñal o cuchillo con una hoja ligeramente curvada de menos de 30 cm. Fue inventado durante el periodo Heian y se utilizaba principalmente como arma de último recurso o para el combate cuerpo a cuerpo. Podía tener o no una guarda (tsuba), adaptándose a diferentes monturas y propósitos. Con el comienzo de la época de Kamakura, los tantos se confeccionaban para ser también vistosos, convirtiéndose en objetos de arte y estatus. El kaiken era una versión aún más pequeña, usada por las mujeres samurái para defensa personal.
TANTO PROFESIONAL ORCHID
Tanto Profesional Orchid con hoja de acero al carbono K120 C forjado a mano y plegado.
Ninjatō (忍者刀)
Una espada corta de hoja recta, de menos de 50 cm, asociada a los ninjas. A menudo se le atribuye una gran guarda cuadrada que podía facilitar la escalada o servir como apoyo para saltar muros. Sin embargo, su origen sigue siendo un misterio y carece de documentación histórica sólida, siendo más un elemento de la cultura popular moderna que una espada históricamente documentada de los ninjas.
Uchigatana (打刀)
Una antecesora de la katana, de calidad inferior en sus inicios, utilizada por guerreros de menor rango o como arma secundaria. Su diseño fue evolucionando y sentó las bases para la katana tal como la conocemos. Recientemente, ha ganado popularidad gracias a su aparición en videojuegos y otras representaciones culturales.
Ōdachi (大太刀) y Nōdachi (野太刀)
Espadas de tamaño excepcionalmente grande, con hojas que superan los 90 cm. La nōdachi se refiere a una «espada de llanura», utilizada en grandes campos de batalla, y su manejo era tan desafiante que a veces requería ayuda para desenvainarla, siendo a menudo transportada por un asistente. Estas espadas masivas eran empleadas para cargar contra formaciones enemigas o para el combate contra caballería, requiriendo una fuerza y habilidad considerables por parte de su portador.
Nagamaki (長巻)
Una arma de asta similar a una lanza, con una hoja larga (entre 70 y 100 cm) y una empuñadura también extensa, a menudo envuelta de manera similar a la empuñadura de una katana. Fue empleada por guerreros de infantería entre los siglos XII y XIV, y de ella derivó el naginata. Su diseño permitía un combate a distancia con la capacidad de realizar cortes amplios y potentes.
Naginata (長刀)
La Naginata es un arma usada por los samuráis del Japón feudal, compuesta por una hoja clavada en una asta larga. Se asemeja a una alabarda europea, pero solamente con una hoja curva y de una gumía colocada en su extremidad. Fue particularmente popular entre los monjes guerreros (sōhei) y las mujeres samurái (onna-bugeisha), quienes la utilizaban con gran destreza para mantener a raya a los oponentes a distancia. Su versatilidad la hacía efectiva tanto contra infantería como contra caballería.
NAGINATA
Espada Naginata montada con espiga larga y con hoja de acero al carbono 1065 templado utilizado el método tradicional claying.
Espadas de Entrenamiento
Para la práctica de artes marciales y el entrenamiento seguro, se desarrollaron versiones no afiladas de estas armas, permitiendo a los practicantes desarrollar sus habilidades sin riesgo de lesiones graves.
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- Bokken (木剣): Una versión de madera de la katana, haciéndose popular en el periodo Muromachi (1936/1600 DC) cuando las diferentes Ryu comenzaron a enseñar el arte del KenJutsu. Es famosa por ser el arma preferida del legendario Miyamoto Musashi, quien la utilizó en numerosos duelos. Su peso y equilibrio simulan los de una katana real, lo que la convierte en una herramienta de entrenamiento indispensable.
- Iaitō (居合刀): Una espada de metal sin filo, utilizada en el iaidō, una disciplina enfocada en el arte del desenvainado rápido, el corte y el envainado. Permite a los practicantes perfeccionar la técnica y la concentración sin el peligro de una hoja afilada.
- Shinai (竹刀): Compuesta por láminas de bambú unidas con cuero, es la espada utilizada en el kendo, un arte marcial moderno que se centra en el combate con espada. Su diseño flexible permite golpes seguros durante la práctica, reduciendo el riesgo de lesiones.
Otras Armas Japonesas Tradicionales
Además de las espadas, el arsenal japonés incluía una variedad de armas que reflejaban la ingeniosidad y adaptabilidad de sus guerreros, a menudo derivadas de herramientas agrícolas o de uso cotidiano.
Bo-Kun (棒)
Un palo de madera torneada y muy resistente de aproximadamente 1,80 mts de largo y 2,5 a 3 cm de diámetro. Este elemento era utilizado por los pescadores y aldeanos para el transporte de elementos y mercaderías, lo que lo hacía una herramienta común y discreta. En la época feudal de Japón, había expertos que manejaban dicho instrumento de tal manera que, en el enfrentamiento contra un guerrero samurái, armado con su sable, salían victoriosos, demostrando la eficacia de las armas improvisadas.
Eku (櫂)
Es una antigua arma de Okinawa Kobudo que se originó a partir de un remo, aproximadamente 160 cm de longitud. Según el mito, el remo fue adaptado tradicionalmente para su uso como arma de defensa propia por los pescadores contra enemigos armados con armas más convencionales. Consta en uno de sus extremos de una pala lisa de un lado y en ángulo del otro, aguzado en su extremo. Si bien es de madera, sus lados poseen un determinado filo, lo que lo convertía en un arma sorprendentemente efectiva en manos expertas.
Hanbo (半棒)
Es un palo en forma redondeada de 90 cms. de largo. El Hanbo se utiliza con una mano o con dos indistintamente. Con él se realizan movimientos similares a los del Jo, y se aplican técnicas de atemi (golpes a puntos vitales), estrangulaciones (jime), luxaciones (Kansetsu), bloqueos (Dome), etc. Es un arma versátil para el combate cercano.
Jo (杖)
Palo de madera más corto que el Bo-Kun y más largo que el Hanbo, generalmente de unos 128 cm. Es una de las armas más fundamentales en las artes marciales japonesas, especialmente en el Jōdō, donde se utiliza para defenderse de ataques de espada. Su longitud intermedia permite tanto ataques de largo alcance como técnicas de combate cercano.
Kama (鎌)
Es una hoz de mango largo que se utilizaba para segar cereales; la diferencia con la hoz occidental es la curvatura del kama, que empieza en el mango. Esta herramienta agrícola se transformó en un arma formidable en manos de los practicantes de artes marciales, permitiendo enganches, cortes y bloqueos efectivos.
Nunchaku (ヌンチャク)
Esta arma está formada básicamente por dos palos muy cortos de entre 30 y 60 cm unidos en sus extremos por una soga o cadena. Es un arma muy versátil, es decir, que se adapta a situaciones contra uno o varios atacantes en distancias cortas o largas, tanto en defensa como en ataque, desarrollando un gran poder de golpe. Se hizo popular a nivel mundial gracias a las películas de artes marciales.
Sai (釵)
El Sai es la de una daga sin filo pero con una aguda punta y con dos largas protecciones laterales, tsuba, también puntiagudas, unidas a la empuñadura. Originario de Okinawa, se utilizaba principalmente para bloquear y desarmar armas, así como para golpear y apuñalar. Su diseño único lo convierte en un arma defensiva y ofensiva muy eficaz.
Tambo (短棒)
El Tambo es un palo de unas dimensiones de 30-50 cms, similar a un bastón corto. El propósito del tambo era atacar las extremidades y puntos óseos con precisión y velocidad, siendo un arma discreta pero contundente para el combate cercano y la defensa personal.
Tonfa (トンファー)
También conocida como Tuifa, es un palo de 50 cms. de largo aprox. y un mango de 15 cms. aproximadamente, perpendicular al cuerpo principal. Es una de las armas más importantes en karate y Jiu-jitsu por su capacidad para hacer frente a las espadas, permitiendo bloqueos poderosos, golpes rotatorios y palancas. Actualmente, es ampliamente utilizada por las fuerzas policiales en muchos países.
Yubibo (指棒)
Un palo de 13 a 15 cm, con dos agujeros que la dividen en tres secciones llamadas Kontei en la parte de los polos y Chukon bu en la parte central entre los dos agujeros. Es una pequeña arma de mano utilizada para golpear puntos de presión y realizar técnicas de control y sumisión, a menudo oculta y utilizada en el combate cuerpo a cuerpo.
El Toque Maestro: El Arte y la Ciencia de la Forja
La creación de una espada japonesa tradicional es un proceso que raya en la alquimia, combinando la maestría del herrero con un profundo conocimiento de los materiales y una dedicación que se extiende por generaciones. Es un arte que fusiona la ciencia metalúrgica con la espiritualidad y la tradición.
El Corazón de Acero: Tamahagane y Tatara
Todo comienza con el tamahagane, un acero de alto contenido en carbono, considerado el «acero joya» por su pureza y calidad. Este material se produce en un horno especial llamado tatara, una especie de alto horno primitivo de barro que ha sido utilizado durante siglos. Durante días, el carbón vegetal y la arena ferrosa se queman a temperaturas controladas, permitiendo que el hierro se combine con el carbono y se eliminen muchas impurezas. El tamahagane resultante es un bloque poroso con variaciones de calidad en su interior, que el herrero debe evaluar y seleccionar cuidadosamente para cada parte de la espada.
La Elección y el Plegado del Acero
El herrero selecciona cuidadosamente las piezas de tamahagane, combinando acero con alto contenido de carbono (duro y afilado, pero frágil, ideal para el filo) con acero de bajo contenido (más blando, elástico y resistente, perfecto para el núcleo). Estas piezas se calientan, martillean y, crucialmente, se pliegan y sueldan repetidamente. Este proceso, conocido como orikaeshi tanren, no solo elimina impurezas y refuerza el acero, sino que también crea el característico patrón de capas («hada» o «jitetsu«) en la superficie de la hoja, duplicando el número de capas con cada pliegue hasta alcanzar miles de ellas. Este plegado no solo mejora la homogeneidad del acero, sino que también contribuye a la belleza estética de la hoja.
La Construcción de la Hoja (Tsukuri-Komi)
Las espadas japonesas no son una simple pieza de metal, sino una compleja estructura compuesta por diferentes tipos de acero para optimizar sus propiedades:
- Kawagane (acero-piel): El revestimiento exterior, formado por láminas de acero cuidadosamente seleccionadas y plegadas, que proporcionan la dureza superficial y la resistencia al desgaste.
- Shingane (acero-núcleo): El alma elástica de la hoja, hecha de acero con bajo contenido de carbono, plegado y golpeado para reducir impurezas. Este núcleo absorbe los impactos, evitando que la hoja se rompa.
- Hagane (acero-hoja): Un acero aún más rígido, rico en carbono, que a menudo se usa para el filo mismo, para darle una dureza extrema y una capacidad de corte excepcional.
El kawagane se dobla en forma de «U» y el shingane se inserta en su interior, fusionándose mediante calor y percusión para crear una hoja con un exterior muy duro y un alma elástica, capaz de absorber impactos sin romperse. Maestros legendarios como Masamune llegaron a usar hasta siete aceros diferentes en una sola espada, demostrando la complejidad y el refinamiento de esta técnica. La punta (kissaki) suele estar formada solo por acero duro, lo que le confiere una gran capacidad de penetración.
El Templado: La Creación de la Hamon
Esta es la fase más crítica y misteriosa: el temple diferencial. La hoja se cubre con una capa de arcilla especial (una mezcla de arcilla, ceniza, carbón y agua), dejando solo una fina línea expuesta a lo largo del futuro filo. Luego, la hoja se calienta a una temperatura precisa y se enfría rápidamente en agua o aceite. Este cambio brusco de temperatura altera la estructura molecular del acero, provocando la curvatura final de la hoja (sori) y revelando posibles defectos. El enfriamiento rápido «encierra» los átomos de carbono en la estructura cristalina del hierro, aumentando drásticamente la dureza del acero en el filo (martensita). En contraste, las áreas cubiertas con más arcilla se enfrían más lentamente, permaneciendo más blandas y elásticas (perlita).
El resultado visible de este proceso es la hamon, la línea sinuosa que separa el filo del cuerpo de la katana. Es un dibujo único formado por cristales martensíticos que se concentran en el filo (ha-saki), dotándolo de una dureza extraordinaria y una capacidad duradera para mantener el filo. La uniformidad de la hamon es un signo clave de calidad, y sus formas pueden variar desde las rectas (Shugua) hasta las onduladas (Gunome, Notare) o las que recuerdan a clavos de olor (Choji), cada una reflejando la firma y la técnica del herrero.
El Pulido: Revelando la Belleza Escondida
Una vez forjada y templada, la hoja pasa a manos de un pulidor especializado (togishi), un proceso que puede durar meses y que es tan crucial como la forja misma. Utilizando una serie de piedras cada vez más finas, el pulidor no solo afina el filo hasta una nitidez asombrosa, sino que también revela la intrincada belleza de la hoja, su hada (patrón de capas) y la hamon. El pulido resalta la estructura interna del acero y los matices de la hoja, transformando una pieza de metal en una obra de arte. El resultado final es una espada con un filo «duro como el diamante» y un cuerpo elástico, capaz de realizar cortes precisos y resistir impactos sin fracturarse.
Cuidando el Alma de Acero: Mantenimiento y Peculiaridades
Una espada japonesa es una obra de arte viva que requiere cuidados específicos para mantener su esplendor y funcionalidad a lo largo de los siglos. Un mantenimiento adecuado es fundamental para preservar su valor histórico y artístico.
Protección contra la Oxidación
El acero al carbono de una katana es susceptible a la oxidación, especialmente en climas húmedos. Tradicionalmente, la hoja se desmonta de la empuñadura (koshirae), se limpia cuidadosamente con un polvo especial de pulido (uchiko) para eliminar cualquier residuo de aceite o suciedad, y luego se frota con papel de arroz humedecido en aceite Choji (aceite de clavo). Este aceite crea una capa protectora esencial que previene la corrosión. Hoy en día, algunos expertos también recomiendan aceites sintéticos modernos, como el Ballistol, para una protección más duradera con menos frecuencia. Si la espada se usa, debe volverse a aceitar después de cada uso para asegurar su conservación.
La Oxidación y el Pulido Profesional
Si una hoja no se mantiene adecuadamente, pueden aparecer puntos de oxidación. Los rojizos son «activos» y peligrosos, ya que pueden dañar la hoja irremediablemente si no se tratan a tiempo. Los puntos negros son «fijos», menos peligrosos y a menudo pueden dejarse, ya que son una forma de pátina. Para eliminar la oxidación y restaurar el filo, se requiere un pulido profesional, una tarea delicada que solo los expertos (togishi) deben realizar, ya que un pulido incorrecto puede degradar irreversiblemente la hoja y su valor.
El Envejecimiento de la Hoja
Con el tiempo y los múltiples pulidos, las capas externas de la hoja se van retirando, lo que puede aligerar la espada y afectar sus características originales. Una katana que ha sido pulida muchas veces y que comienza a mostrar el acero blando de su núcleo (shingane) a través de las capas duras externas (kawagane) se considera «cansada» (tsukare). Afilarlas o despuntarlas incorrectamente puede dañarlas irreversiblemente. Algunas escuelas de forja tenían un kawagane tan fino que las marcas de shingane eran habituales incluso en ejemplares antiguos, siendo a veces una característica distintiva más que un mero signo de envejecimiento o desgaste.
La Intocable Espiga (Nakago)
Una regla de oro en el mantenimiento de una katana es nunca pulir ni raspar la espiga (nakago), la parte de la hoja que va dentro de la empuñadura. Aunque se oxide, esta oxidación es un factor clave, junto con otros parámetros como la forma, el tipo de lima y las inscripciones (mei), para datar y autentificar la espada. Pulir el nakago puede reducir el valor original de una katana a la mitad, ya que se pierde información histórica crucial. Solo se le puede aplicar una fina capa de aceite para protegerla.
Más Allá del Acero: El Legado Cultural Inmutable
La espada japonesa, desde sus orígenes rituales hasta su forma actual como pieza de arte y colección, es mucho más que un arma. Es un símbolo de honor, tradición, maestría y la profunda conexión entre el guerrero y su espíritu. Ha resistido prohibiciones, guerras mundiales y la modernización implacable, manteniéndose relevante a través de siglos de historia japonesa.
Gracias a la dedicación de organizaciones como la NBTHK (Sociedad Japonesa para la Preservación del Arte de la Espada) y las estrictas regulaciones gubernamentales, el arte milenario de la forja de espadas sigue vivo, garantizando que cada nihontō sea no solo una pieza de historia, sino una ventana al espíritu indomable de Japón. La admiración global por estas espadas perdura, reconociendo su valor no solo por su belleza artística y económica, sino también por las propiedades que las hicieron tan temibles y efectivas en el campo de batalla, y por el legado cultural que representan.
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