¿Alguna vez te has preguntado cómo se crea una auténtica armadura medieval? No hablamos de réplicas producidas en serie, sino de piezas forjadas con la misma maestría y dedicación que hace siglos. En el corazón de Olías del Rey, cerca de Toledo, la empresa Marto mantiene viva esta tradición, transformando el acero toledano en armaduras que son verdaderas obras de arte. Prepárate para descubrir el fascinante proceso artesanal que convierte una simple lámina de metal en una impresionante armadura, digna de un rey.
La armadura es una vestidura compuesta por piezas metálicas o de otro material resistente (como el cuero) que se utilizaba para proteger el cuerpo del combatiente. Una armadura completa consta de numerosas piezas articuladas, habiendo llegado a reunirse hasta el número de 250 en un solo combatiente con el peso de unos 25 a 30 kg, pero las más comunes e importantes se reducen a unas 25, distribuidas en los cuatro grupos de cabeza, tronco y extremidades superiores e inferiores.
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Un Legado de Siglos en Cada Golpe de Martillo
Marto no es solo un fabricante; es un guardián de la historia. Sus armaduras, que a menudo replican las de colecciones tan importantes como la de Carlos V de la Real Armería de Madrid (siglos XIV y XV), son consideradas un producto único en el mundo. Imagina la dedicación necesaria para crear una pieza que puede pesar entre 15 y 25 kg, enteramente a mano, tal como se hacía hace cientos de años.
Armadura completa Torneo Negra, lista para montar. Fabricada en acero satinado. Incluye soportes, peana, lanza, escudo y toda la armadura completa.
El Viaje del Acero: De Chapa Plana a Obra Maestra
Todo comienza con la materia prima: una chapa plana de acero. Es aquí donde la habilidad de los artesanos de Marto, como Antonio y Carlos (padre e hijo), entra en juego. Piensa en ello como si fuera la confección de un vestido, pero con metal: se utilizan patrones para recortar cada pieza individual de la armadura. Este es el primer paso, fundamental para la forma final que tomará cada componente.
Una vez cortadas, las piezas planas pasan a la fase de darles forma. Este es un proceso que requiere una precisión y destreza inigualables. Con el martillo como herramienta principal, y el experto control de las manos del artesano, cada pieza empieza a tomar volumen y curvatura. Es un trabajo laborioso y repetitivo, donde cada golpe cuenta para modelar el metal.
Tras el moldeado inicial, la atención se centra en el repasado y el acabado. Los pequeños bultos e imperfecciones que puedan haber surgido durante la forja son cuidadosamente eliminados hasta que la pieza queda completamente lisa. Cada componente de la armadura es único y se trata de manera diferente: algunas piezas se sueldan entre sí, mientras que otras se “bordonan” para unirlas de forma segura y estéticamente impecable. ¿Cuánto tiempo puede llevar todo este proceso? Sorprendentemente, una armadura completa puede tardar alrededor de una semana en ser terminada.
Armadura completa Torneo Ristre lista para montar. Fabricada en acero. Incluye soportes, peana, lanza y toda la armadura completa.
Herramientas Ancestrales y Detalles que Cuentan Historias
Para ciertas piezas, como las que requieren formas muy específicas, los artesanos utilizan herramientas únicas. Un ejemplo es un tronco de madera con diferentes hendiduras, perfecto para trabajar piezas curvas como la barbilla de un casco. Esto demuestra cómo la experiencia y la adaptación de las herramientas tradicionales son clave en este oficio.
Pero la belleza de una armadura no reside solo en su forma, sino también en sus detalles decorativos. Aquí es donde entra en juego una técnica ancestral y muy especial: el repujado. Artesanos como Jaime se dedican a «embellecer» las armaduras. ¿Cómo lo hacen? A partir de una pieza lisa, logran crear dibujos y relieves haciendo que el metal se abulte por la parte trasera. Luego, por la parte delantera, se matizan y definen esos diseños a base de pequeños golpecitos. Es un proceso increíblemente laborioso, pero el resultado son piezas con una riqueza visual impresionante.
Salvaguardando un Arte que se Extingue
La técnica del repujado, al igual que gran parte del proceso de creación de armaduras artesanales, es una habilidad ancestral que cada vez menos gente domina. Marto, con su compromiso y la transmisión del conocimiento de generación en generación (como el caso de Antonio y Carlos), busca activamente que estas labores artesanas no se pierdan.
Una armadura de Marto no es solo un objeto. Es el resultado de horas de trabajo manual, la aplicación de técnicas centenarias, y la pasión de artesanos que dedican su vida a preservar un oficio único. Cada pieza está «perfectamente terminada y lista para su uso», lista para ser admirada y, si la ocasión lo requiere, ¡para la batalla! Al elegir una de estas armaduras Marto, no solo adquieres una pieza de metal, sino un pedazo de historia forjado con el corazón del acero toledano. Un verdadero tesoro que demuestra que la tradición y la artesanía pueden convivir y prosperar en el siglo XXI. Puedes explorar la colección completa y encontrar la pieza perfecta para ti en el catálogo de armaduras decorativas.










