Hijo de Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, unificó bajo su corona ambos reinos. Gran impulsor del proceso de la Reconquista, ganó entre otras las plazas de Sevilla, capital de los Almohades y Córdoba, cuya mezquita transformó en catedral.

Su hijo Alfonso X, quien también debió poseer esta espada, fue uno de los grandes impulsores de la cultura en la Edad Media. En una de sus obras “Las Siete Partidas” destacaba los cuatro valores que toda espada debía encarnar: Cordura, Fortaleza, Mesura y Justicia.
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. Se esmeró por que en su Corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario (su hijo el rey Alfonso el Sabio será un gran literato y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).