El hacha de guerra es un arma de asta de hierro en forma de cuchilla, tiene un anillo metálico por donde se ajusta el palo que sirve de astil. El hacha ha estado presente desde la prehistoria hasta nuestros días.
La humanidad ha ido adaptando el hacha al ritmo del descubrimiento de los metales, desde la Edad del Cobre y del Bronce.
Ya en la Edad Antigua y la Edad Media, con la introducción y manejo del hierro, comienzan a elaborarse hachas más afiladas y de mayor tamaño y peso, a las que les fijan astas largas para usar con ambas manos.
A finales del Medioevo, con la aparición de armaduras de placas metálicas, llegan las hachas arrojadizas y de penetración para traspasar las armaduras.
A la tradicional hacha de guerra a una mano, se le realizó un pico militar para convertirla en arma contundente con la capacidad de perforación.
En el siglo XIII ya se hacían hachas destinadas exclusivamente a la guerra y los combatientes medievales la preferían como arma contundente de cuerpo a cuerpo, porque su eficacia radicaba no solo en su filo, sino también en la contundencia que le daba su peso. La eficacia de este tipo de armas era devastadora.
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