Los bolsos en la Edad Media hacían parte de la vida cotidiana de la gente, parecían pequeños sacos hechos de cuero y tela, especialmente los de cuero a modo de riñoneras.
En la Biblia de Maciejowski, la llamada Biblia de los cruzados del siglo XIII, se puede ver claramente la forma típica de los bolsos, especialmente de los peregrinos, ya que a menudo se encuentra en las representaciones correspondientes del arte pictórico medieval.
En el siglo XIV llamaron la atención dos tipos diferentes de bolsos: el bolso cinturón de cuero, que se tiraba del cinturón con dos trabillas y era usado exclusivamente por hombres, y los bolsos que se sujetaban a una correa de cuero o a una percha y fueron usados tanto por hombres como por mujeres de la burguesía y de mayor estatus. También se usaban las limosneras que se podían cerrar con un cordón en el asa.
Según van avanzando los siglos, y por influencia de los países de oriente, los bolsos van ganando en tamaño y en ornamentación, sobre todo para las clases pudientes. En aquella época podemos encontrar bolsos bordados en hilos de plata y oro o con incrustaciones de piedras preciosas.
Se pueden encontrar con motivos heráldicos o de inspiración en la naturaleza. Del mismo modo, también podemos ver otras piezas más sobrias realizadas con diferentes pieles: de cabra para las clases más pudientes, de vaca para los menos adinerados.
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