Los primeros zapatos intentaban recubrir el pie por completo y se abrochaban con cuerdas o cintas. Se hacían con piel de oveja o con una tela de lana muy burda llamada sayal.
También se llevaban una especie de botas con la punta hacia arriba, que denotaba la influencia musulmana. Se confeccionaba con cuero. El aumento de la puntera demarcaba la clase social a la que se pertenecía y era frecuente utilizar medidas exageradas que en muchos casos impedían caminar correctamente.
Las botas o botines se hacían con cueros muy diversos de colores negros o con el color natural del cuero de vaca, de cabra u oveja. Eran cerrados, abotinados con o sin lazada.
Se generalizó el zapato alto cubriendo el tobillo. La forma de abrocharse variaba, con hebillas o cordones.
Los hombres usaban botas de cuero altas y bajas, dependiendo de que llegaran hasta la rodilla o hasta el tobillo.
Con el tiempo se fueron mejorando los colores del calzado, ya fuera de cuero o de telas, predominando los colores negro, marrón, rojo, verde.