La cantimplora es una vasija o recipiente que se utiliza para llevar bebidas, especialmente en viajes, excursionismo, vida militar y trabajadores del campo.
Existen desde la antigüedad, ya los hombres primitivos las elaboraban con barro o con una calabaza a la que se les hacía un orificio de salida y se secaban al fuego. Les ponían unas asas o cuerda para llevarlas colgadas al hombro o a la cintura, como lo hacían los legionarios romanos.
También se fabricaban en botas de cuero o en metal. Más tarde, surgieron las cantimploras de vidrio, que preservaban mejor las propiedades de la bebida. Dada su fragilidad, se llevaban en cestos de mimbre o cubiertas con tela y se cerraban con tapones de corcho.