El casco corintio era de bronce y originario de la antigua Grecia, concretamente de la región de Corinto. Fue el casco más popular de los periodos arcaico y clásico, llegando a fabricarse masivamente en los siglos V y IV a. C. hasta expandirse por todo el mediterráneo helénico.
El casco corintio fue evolucionando con el objeto de no obstruir la vista ni el oído del soldado. Es muy común encontrarlos en ilustraciones antiguas de cerámicas griegas. Los griegos lo asociaban con la gloria del pasado.
Los romanos hicieron copias de los originales cascos griegos en sus propias esculturas.
Generalmente, la parte superior del casco corintio tenía una cimera o penacho a modo decorativo, llegando a ser espectaculares y fabulosamente adornados según el capricho personal.
El antiguo ejército de la República romana, evolucionó el casco corintio llegando a conocerse como el casco italo-corintio.