Las armas con llave de pedernal hicieron su aparición en Europa en el siglo XVI como transición entre las armas accionadas a mecha y las armas de percusión o con pistón.
Pistola antigua cañón largo y terminación tipo marfil
Rápidamente se caracterizaron varios tipos de llaves, según el país de procedencia: En España, la llave de Miguelete o de «patilla»; en Francia, la llave francesa; en los países nórdicos, la llave báltica; la llave holandesa; la italiana o «a la Romana»; la inglesa; la escocesa y también la rusa.
El tipo de llave genérico más conocido fue el francés, el cual sirvió de base para que los armeros ingleses de final de siglo XVIII y principio del XIX consiguieran los modelos más perfeccionados en su estética y funcionamiento.
El tiro con armas de pedernal es muy diferente al tiro de percusión, y más parecido al de mecha, pero más difícil su uso.
La dificultad radica fundamentalmente en el tiempo del disparo que es mayor.
Una pistola de pedernal debe sujetarse fuerte y firmemente con las manos. Hay que ser un tirador experimentado en armas de pedernal porque su tiro entraña considerable dificultad.
También hay que equilibrar las tensiones del agarre, para que al liberar el disparador, la fuerza impulsada no desajuste el punto de mira.
Por eso hay que ejercitarse para perfeccionar el agarre y asegurarnos de que la pistola de perdernal tiene un buen gatillo para evitar tirones del dedo índice justo después de soltarse el fijador.
La llave en las pistolas de pedernal es la pieza fundamental, porque es el punto de ignición.
La pistola de pedernal se compone de las siguientes partes: 1)Perrillo.- Es la pieza que sostiene la piedra de sílex. 2) Rastrillo.- Aquí van a producirse las chispas. 3) Cazoleta.- Debe tener amplia superficie para recoger el máximo de chispas, de fondo plano y poco profundo, lo cual nos ahorrará pólvora de cebo. 4) Oído.- La regla general es que los oídos anchos permiten un mejor encendido y debe estar justo por encima del borde superior de la cazoleta, ya que encenderá mal si está enterrado en la pólvora de cebado o muy alto.
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