Las personas de la Edad Media también se adaptaban a las estaciones y, por ello, sus trajes medievales mudaban de acuerdo con las temperaturas del verano o del invierno.
El calor hacía que se fabricaran vestidos con telas más livianas y mangas cortas.
La ropa era hilada, cortada y cosida por las mujeres de la familia en lino o telas más baratas y colores que variaban dependiendo de cada zona.
Las telas de color gris y marrón eran las más comunes entre los pobres y los colores vivos y brillantes entre los reyes, nobles y feudales.
Los gorros, sombreros y crespinas identificaban a su portador con determinado gremio o profesión.
Las mujeres usaban la falda con camisas y chalecos. Y los hombres pantalones anchos y camisas.
Es evidente que el hombre varía la forma de cómo cubrir el cuerpo para protegerse de las inclemencias del tiempo.
También sabemos que el vestido era en el medioevo un elemento identificador de las clases sociales de entonces, ya fuera en verano o en invierno..
Las niñas y los niños también llevaban sus trajes según la temperatura ambiente y, como en todas las épocas, eran felices con sus ropas nuevas y bonitas.