El velo medieval era una mantilla que usaban las mujeres para cubrirse la cabeza y parte de la cara. Era un complemento muy usual del traje medieval femenino. También se conoce el velo de novia que es el complemento de tul u organza blanco que luce la futura desposada durante la boda.
El primer caso de velo para las mujeres se registra en un texto legal asirio del s. XIII a. C. que restringió su uso a las mujeres nobles. Por siglos, las mujeres Occidentales han usado velos finos, ya fuera con las cofias o sombreros.
Hasta el Concilio Vaticano II la mujer solía cubrirse la cabeza con un velo fino al entrar a una iglesia. En la actualidad el velo se usa también para proteger el cabello o proteger el rostro de los rayos del sol.