Nuestros pequeños legionaritos romanos ya tienen su propia y fidedigna lorica segmentata y su casco romano, elaborados en metal con detalles de latón, su escudo romano tortuga de madera, pintado a mano con umbo de acero y, además, su espada romana gladius de madera de una sola pieza, para que parezcan todos unos auténticos soldaditos de la Roma Imperial.

Así podrán acompañar felices a sus orgullosos padres cuando se vistan como legionarios o centuriones romanos, especialmente en las procesiones de Semana Santa o en las innumerables fiestas romanas que se celebran a lo largo y ancho de España y de toda Europa.

Evidentemente los niños romanos, al igual que los niños de todas las épocas, les gusta parecerse a sus padres. Los niños romanos también jugaban y tenían juguetes.