Los romanos brillaron por su hegemonía durante siglos y esto ha quedado patente en la nutrida variedad de cascos romanos que diseñaron. La ingeniería de diseño del atuendo del guerrero romano sorprende por lo bien que conjuga la misión principal del casco, como protección en la batalla, así como su elegante diseño. Sobre el casco (cassis) lucía una cresta (crista), que cruzaba lateralmente la cabeza.
Algunas teorías de historia militar atribuyen la disposición transversal de este penacho a la necesidad de hacerse visible por la espalda para sus soldados, pero en época imperial el resto de los soldados no utilizaba cresta ordinariamente, ya que se reservaba para las armaduras de parada, por lo que solamente los centuriones llevaban este vistoso elemento, que permitía identificarlos fácilmente. Carecemos de evidencias arqueológicas sobre su color aunque se barajan el blanco, negro o rojo.
Los cascos romanos variaban enormemente en cuanto a su forma. A continuación les ilustramos con unos ejemplos de distintos cascos romanos.






Un casco emblemático y que impregna el imaginario popular es el casco del gladiador romano que nos trae a la memoria las gestas, las victorias y las derrotas de estos valientes y disciplinados luchadores.